(Artículo de la presidenta del Partido Popular de Gijón y diputada nacional por Asturias, Ángeles Fernández-Ahúja, publicado en El Comercio).
El pasado jueves celebramos en el Congreso de los Diputados el debate sobre la anunciada y necesaria reforma fiscal planteada por el Partido Popular, que va a beneficiar a los veintiún millones de contribuyentes que vivimos en España. Esta reforma, que entrará en vigor a partir del próximo mes de enero, busca favorecer a las rentas medias y bajas, a los trabajadores, a los ahorradores, a las pequeñas y medianas empresas, a los autónomos y a las familias. Se trata de la puesta en marcha de un conjunto de medidas fiscales que tienen como objetivo la creación de empleo y la dinamización de la economía y que, además, incorporan importantes beneficios sociales. En otras palabras, los españoles tendremos más dinero disponible en nuestros bolsillos todos los meses.
Concretamente, la rebaja media en lo que pagamos en concepto de Impuesto de la Renta de las Persona Físicas (IRPF) será del 12,5%. La reducción se elevará al 23,4% para la inmensa mayoría de asalariados españoles que cobra menos de 24.000 euros al año. Para el colectivo por debajo de 30.000 euros de ingresos, la rebaja fiscal será del 19,3% y para los que ganan más de 60.000, del 16,7%.
Esta rebaja se fija en quienes tienen menos ingresos o están en una situación más débil; establece ayudas para familias con hijos, para aquellas que atienden a mayores o personas con discapacidad, y para madres trabajadoras. Es una reforma que también premia los desvelos del pequeño ahorrador y que alienta a los emprendedores para que se puedan dedicar a sacar adelante sus proyectos.
¿Por qué no se ha podido bajar los impuestos hasta ahora? Porque cuando el Partido Popular llegó al Gobierno, los responsables socialistas habían dejado España en una situación de emergencia económica: la caída de la recaudación había sido en dos años de 70.000 millones de euros, el déficit público era de 90.000 millones de euros anuales, y una parte muy importante de nuestro sistema financiero estaba en una situación de extrema gravedad. Como consecuencia de todo ello, nuestro país estaba en recesión, con un continuado aumento del desempleo.
El Gobierno del Partido Popular inició un programa de reformas estructurales y de control del gasto público para darle la vuelta a la situación. Y así, con medidas, muchas de ellas duras y difíciles, fue cambiando el escenario económico, hasta hoy.
En este año 2014 se está consolidando el crecimiento económico, comienza a disminuir el número de personas que están en el paro, la prima de riesgo está en unos límites razonables, la inflación es baja, aumenta la inversión extranjera y también se está incrementando la recaudación de las administraciones públicas. Todo ello permite al Ejecutivo de Rajoy emprender esta reforma tributaria, que devolverá a los ciudadanos el sacrificio realizado y colocará a nuestro país en la senda del crecimiento.