Esta semana hemos vivido un nuevo hito en la historia política de nuestro país, la moción de censura con menos apoyos de nuestra era democrática. Una moción inoportuna, que solo sirvió desviar la atención de la grave crisis sanitaria que vivimos, en la que, sin embargo, sí pudimos ver algo importante, la contraposición entre la forma de entender la política del Partido Popular y de Vox.
Hay una premisa en la motivación de la moción en que todos estamos de acuerdo, el actual gobierno de coalición ha realizado una gestión nefasta de la crisis sanitaria, con decisiones erróneas o tremendamente ineficaces y aderezadas con una incontable sarta de mentiras; también lo es que algunos de sus miembros están más activos en atacar nuestro marco constitucional, el que trajo la mayor etapa de paz y prosperidad de nuestra historia, que de gobernar para todos los españoles.
Sin embargo, no se puede combatir el fuego con el fuego y eso fue lo que propuso el candidato Abascal en el Congreso. Éste se presentó con un discurso lleno de clichés y argumentario típico de lo que en el mundo anglosajón se denomina alt-right, que no es otra cosa que una versión renovada del populismo de toda la vida. Un discurso centrado en la radicalidad y la búsqueda de enemigos externos, como China, Soros, Ana Patricia Botín, las autonomías o la Unión Europea, que tan necesaria nos es en estos momentos y sin la que no podremos reconstruir este país una vez superada la pandemia. Un discurso lleno de reproches estériles y ninguna propuesta en positivo, en definitiva un discurso que no presentó una alternativa al mal gobierno que tenemos en la actualidad.
Del otro lado tuvimos a Pablo Casado, del que todos los analistas, y yo con ellos, concuerdan en que estuvo brillante y se convirtió en la única alternativa real a nuestros actuales dirigentes. En su discurso Casado, que no podemos obviar era el verdadero objetivo de la moción imposible de sacar de Vox, mostró que es un líder sólido, convincente y con unas ideas y valores muy claros. Desmontó la farsa de la moción con datos y con propuestas, tendiendo la mano a todos a trabajar por sacar adelante este país y resolver los problemas y necesidades de los ciudadanos, enumerando las iniciativas que para ello hemos llevado al Congreso, entre las que citó la propuesta de pacto legislativo y sanitario para poder luchar con mayor eficacia contra la Covid-19; una alternativa a la contrarreforma educativa, una ley contra la ocupación, un plan de choque económico y la renovación de las pensiones.
También advirtió una dura realidad, mientras el voto de los centristas, los liberales y los conservadores siga dividido, ganará Sánchez, sólo mediante la unión, el mensaje común, el trabajo y los principios liberales se podrá echar a Sánchez y a sus socios de la Moncloa, y el único proyecto que engloba todas esas características es el de nuestro partido, el Partido Popular.
Después del debate los populistas dicen que nos hemos aliado con Podemos, los secesionistas e incluso con Bildu, pero esa no es la realidad, la única alianza que tenemos los populares es con España, sus instituciones y la convivencia entre los españoles; con los autónomos, los trabajadores y aquellos que crean empleo; con el proyecto europeo que tanto nos ha dado estos años; con la libertad de los ciudadanos; con una economía sostenible con una fiscalidad justa…En definitiva un proyecto digno, serio, eficaz y del que sentirse orgulloso, un proyecto liderado por Pablo Casado, que no tengo duda de que en poco tiempo será el elegido por los españoles para reconducir nuestro país a una verdadera era de progreso y crecimiento.
Mariano Marín Albi, Presidente del Partido Popular de Gijón.