Las consecuencias de un edificio invadido por las termitas pueden llegar a ser funestas. Son capaces de devorar 30,5 centímetros de madera en cinco meses. Los expertos recomiendan intervenir con la mayor inmediatez posible en cuanto se detecta su presencia para proteger, frenar, repeler y controlar el asentamiento de una colonia de este tipo de insectos. En muchas ocasiones, los terribles efectos causados por las termitas son visibles tiempo después de que hayan estado anidando en un inmueble.
En el Ayuntamiento de Gijón han transcurrido 30 años de gobierno monocolor. Un tiempo en el que una plaga de termitas hubiera acabado con el edificio consistorial y parte de las inmediaciones de la plaza Mayor. En el terreno político estamos comenzando a ver las consecuencias de un poder sin alternancia. El «caso Cabueñes», destapado por los vecinos de la zona, es tan sólo la punta del iceberg de lo que podría estar ocurriendo en el urbanismo de la ciudad. Los dirigentes socialistas han ido mermando poco a poco el funcionamiento democrático y la transparencia, hoy cuestionados más que nunca.
El rechazo público a la creación de una comisión de investigación por parte del PSOE e IU no puede interpretarse sino como su intención de ocultar la verdad de este supuesto caso de corrupción. Pero será en el Pleno del próximo día 17 de abril cuando demuestren, con sus votos, si quieren que se depuren las responsabilidades políticas en la comisión de investigación que viene solicitando el Partido Popular desde que se conoció este escándalo urbanístico. El concejal de Izquierda Unida Jesús Montes Estrada ha afirmado ante los medios de comunicación que debe llegarse al final de este asunto «caiga quien caiga». Pues bien, IU tendrá en ese Pleno una buena oportunidad para demostrar que realmente es partidario de la transparencia. De lo contrario, será cómplice de la actuación socialista y evidenciará que sólo se mantiene en el equipo de gobierno por sus prebendas.
Desde el primer momento en que el «caso Cabueñes» se hizo público, el gobierno municipal ha incurrido en mentiras y contradicciones con el objetivo de tapar este oscuro asunto, cuyas ramificaciones, derivadas del «arecismo», se extienden por toda Asturias. Las grabaciones extrañamente fallidas y las falsedades del concejal de Urbanismo, Pedro Sanjurjo, han sembrado más dudas y sospechas, si cabe, en este caso. El Partido Popular está dispuesto a llegar hasta el final, porque los ciudadanos de Gijón y de Asturias tienen derecho a conocer toda la verdad.
Estamos en tiempos de reflexión y penitencia. Nada mejor que estos días de Semana Santa para enmendar los pecados.