En los últimos decenios la esperanza de vida ha aumentado de forma considerable. Con el mejor estado de salud, hallándose muy activos, los mayores son los protagonistas de una paulatina revolución demográfica que los está convirtiendo en un grupo humano que pronto supondrá la cuarta parte de la población. El buen envejecimiento está íntimamente ligado al desarrollo de las sociedades. Las personas mayores participan en la vida ciudadana y son grandes consumidores de productos, servicios y tiempo libre, y con la transmisión de sus experiencias y conocimientos son un recurso importantísimo para sus familias y sus comunidades.
Es evidente que el colectivo de personas mayores tiene unas necesidades sanitarias y asistenciales especiales que deben ser cubiertas eficazmente por todas las administraciones del Estado, sea desde el ámbito nacional, autonómico o local. A los poderes públicos les corresponde la tarea de garantizar, mediante pensiones adecuadas, la suficiencia económica de los ciudadanos de la tercera edad, así como la promoción de su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atienda sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio. A los mismos poderes públicos también les atañe la elaboración de cauces para el aprovechamiento de las capacidades y conocimientos de los mayores, por lo que sería necesario un plan de integración en la vida social y económica. Hay que facilitar a nuestros mayores programas educativos y de formación adecuados, que tengan la posibilidad de vivir en unos entornos seguros y adaptables, así como lograr que permanezcan integrados en la sociedad, participando en la concepción y aplicación de las políticas que más directamente afecten a su bienestar.
Un país moderno y avanzado es aquel en el que las personas mayores son valoradas y ven aprovechadas las oportunidades para el pleno desarrollo de su potencial y capacidades porque, como dijo el cineasta Ingmar Bergman, envejecer es como escalar una montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, y la vista más amplia y serena.