
Pilar F. Pardo, Carmen Moriyón, José Luis Rubio y parte de su familia, junto a la nueva placa del Estadio de Atletismo.
Intervención de la portavoz del Grupo Popular, Pilar Fernández Pardo: “Siempre es un motivo de satisfacción homenajear a quien lo merece y, en este acto, me corresponde recordar y poner en valor los méritos profesionales de un asturiano, un gijonés admirado y muy querido, otorgándole su nombre a las instalaciones en las que hoy nos encontramos.La Pistade Atletismo de Las Mestas se llamará a partir de ahora “Estadio de Atletismo José Luis Rubio”.
Rubio, como todos le conocemos en Gijón, ha destacado por una doble faceta: la de atleta y la de fisioterapeuta. Ha sido una figura clave para el atletismo asturiano y ha sido también las ‘manos de oro’ para jugadores del Real Sporting de Gijón y dela Selección Españolade fútbol.
Nació en Gijón en 1924, se educó en el Instituto Jovellanos y realizó en Madrid los estudios posteriores, que compaginaba con el deporte.
Gracias a su tesón y a la pasión que ponía en todo lo que hacía, pronto destacó como atleta en las distancias de 110 y400 metrosvallas, en salto de altura y de longitud, así como en los 200, 400 y800 metroslisos. Fue Rey Decathlon, una disciplina que requiere fuerza, agilidad y resistencia, y que abarca diez acontecimientos atléticos individuales del deporte:100 metros,400 metros, 1.500metros, 110 vallas, lanzamientos de jabalina, disco y peso, salto con pértiga, salto de altura y salto de longitud.
En 1947 fue campeón de España de400 metrosvallas. Formó parte dela Selección Españolade Atletismo en competiciones contra Suiza, Italia y Alemania, y en 1949 ocupó el tercer puesto en400 metrosvallas enla Universidadde Merano (Italia).
Otra faceta suya que no podemos obviar fue la de entrenador de atletismo del Grupo Cultura Covadonga. A finales de los años sesenta, el entonces presidente de la entidad, Jesús Revuelta, le llamó para que formara un equipo de atletismo. Y Rubio se tomó muy en serio ese cometido. En torno a él se concentraron medio centenar de jóvenes que empezaron a entrenar corriendo por la playa y por el Parque de Isabella Católica, en la zona que todos conocemos como el ‘kilometrín’. Poco a poco, estos jóvenes fueron tomando protagonismo en las pistas asturianas y a competir con el CAU dela Universidadde Oviedo, que en aquel entonces era la flor y nata del atletismo regional.
Muchos de los atletas formados y educados deportivamente por Rubio continuaron con su labor, y hoy son preparadores de los mejores atletas asturianos.
A principios de los años cincuenta, entró de lleno en el mundo del fútbol, aportando toda su experiencia y aprendizaje en la disciplina del atletismo.
Rubio se ha dedicado en cuerpo y alma a mantener la buena forma física de los jugadores del Sporting. Por sus manos han pasado, además de deportistas, personalidades de gran renombre en otros ámbitos, ya que se decía que tenía ‘Manos de Santo’.
A finales de los sesenta, fue reclamado porla Selección Española, a través de la cual Rubio ayudó a proyectar el nombre de Gijón por todo el mundo.
En el vestuario sportinguista le recuerdan por su cercanía con los futbolistas. Se convirtió en “un consejero espiritual”, porque sabía tratar a cada uno de manera especial, individualizada, haciendo incluso el papel de un buen psicólogo.
Ha sido un ejemplo de fidelidad y discreción. Extremadamente modesto, simpático, agradable, entregado y solidario, y con un envidiable sentido del humor. Rubio siempre se ha mantenido alejado de los focos, aferrado a la idea de que los actores principales son los jugadores.
Actualmente, sigue prestando sus servicios como fisioterapeuta en el Grupo Covadonga. Porque Rubio, como podemos comprobar todos, sigue en plena forma.
Ahora, con este Estadio que llevará su nombre, el Ayuntamiento de Gijón quiere reconocer la valía de José Luis Rubio y contribuir, además, a impulsar el atletismo en nuestro municipio.
Confiamos en que muchos jóvenes gijoneses secunden su ejemplo y se entrenen en estas pistas, contagiados por la ilusión que Rubio tenía cuando comenzó a correr. Cuenta que él lo hacía descalzo, lloviera o tronara, movido por la satisfacción personal de mejorar su marca día a día. Ese es el espíritu de superación que impregnará desde hoy este ‘Estadio de Atletismo José Luis Rubio’”.