Escuché la frase en el Foro de Turismo que organizamos desde el Partido Popular de Gijón la pasada semana. Lo dijo uno de los diez intervinientes que participaron en las diferentes mesas en las que expusieron, desde sus respectivos puntos de vista, la situación del sector turístico en nuestra región. Sus intervenciones fueron seguidas de enriquecedores debates abiertos a las preguntas de los asistentes.
Todos coincidimos en que Asturias es una tierra privilegiada que ofrece paisajes únicos de mar y montaña, y que aunque no puede «vender» un turismo de sol, sí tiene sobrada capacidad de atracción por su excepcional entorno natural. Los responsables de entidades asociativas, empresarios y expertos en formación y en calidad que intervinieron en ese Foro de Turismo coincidieron en aparcar la crisis y dejaron constancia de que, a pesar de ella, continúan trabajando e innovando para potenciar este sector económico. Lo cierto es que hubo un mensaje unánime que sí está relacionado directamente con la recesión económica: esta situación ha abierto una guerra de precios que no es conveniente para el sector turístico.
Contrariamente a reducir los precios para atraer visitantes a toda costa, los expertos se mostraron partidarios de aumentar la calidad que se ofrece e incidir sobre todo en la innovación, la formación y la especialización.
Los turistas son cada vez más exigentes a la hora de elegir su destino de vacaciones. Internet ha modificado de una manera radical las conductas de las personas en la búsqueda y elección del modo y lugar donde aprovechar sus días de ocio. Esta herramienta tecnológica permite indagar, comparar y examinar una cantidad ingente de ofertas.
Por otra parte, se incidió en que contar con un certificado serio de calidad en un establecimiento turístico minimiza el riesgo de la elección para el potencial cliente, pero no es suficiente. La calidad hay que ofrecerla día a día, en una búsqueda constante por adecuarse a las cada vez mayores demandas del cliente. Además, se consideró esencial una buena formación de los profesionales del sector, que ha de ser continuada, y que supone una de las mejores inversiones a realizar.
La especialización y la búsqueda de nuevos mercados fue la propuesta que se llevó al Foro de Turismo por parte de las agencias de viajes. Estas empresas, según se afirmó, están atravesando «uno de sus peores momentos», debido, entre otras cuestiones, a la batalla de precios. Frente a ello, se dejó claro que las agencias no incrementan el importe de los servicios turísticos y que constituyen un excelente intermediario e instrumento de información para los que buscan un destino.
No faltaron en el foro mensajes dirigidos hacia las administraciones asturianas y sus responsabilidades. En ese sentido, es necesaria una mayor inversión en promoción turística. Pero lo que es determinante para el futuro inmediato del turismo en el Principado es que se pongan en marcha ya las infraestructuras de comunicación ferroviarias (Alta Velocidad), por autovía y líneas aéreas de bajo coste que permitan a Asturias competir en condiciones de igualdad con el resto de las regiones españolas. Sin esas infraestructuras, nuestra desventaja seguirá siendo insuperable para poder «vender» Asturias.