(artículo publicado en El Comercio, 1 de noviembre de 2013)
El pasado sábado se celebró en el recinto Ferial “Luis Adaro” el examen para optar a las 472 plazas de enfermería que ofrece el Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa). Al mismo concurrieron un total de 7.080 aspirantes que, siguiendo la tónica habitual en los procesos de selección de personal que se realizan en nuestra ciudad, vieron cómo la desorganización y el caos reinaron en una jornada fundamental para su futuro y su vida laboral.
Esto nos recuerda a otras pruebas realizadas por el Ayuntamiento de Gijón que se saldaron con la repetición del examen y un bochornoso espectáculo político donde nadie quiso asumir responsabilidades. Responsabilidades que, por cierto, muy presuroso quiso depurar el PSOE por boca de sus ediles; aunque hoy, como pintan bastos para una consejería de Sanidad socialista, no tenemos que soportar el dedo acusador de Begoña Fernández señalando a los culpables de un proceso de selección que pone en tela de juicio la capacidad del SESPA para realizar estas pruebas. A pesar de que abunden las dudas y claroscuros, como por ejemplo, por qué había cajas de exámenes abiertas circulando por el recinto, o por qué se exigió a los opositores escribir su nombre en el examen cargándose el anonimato en la corrección, o por qué un gobierno regional que presume de defensor de la mujer actúa sin contemplaciones ante las necesidades fisiológicas de una embarazada.
Al final de cuentas, lo único que queda como cierto es que si sumamos los más de 7.000 opositores a plazas de enfermería a los damnificados por los procesos de selección del Ayuntamiento de Gijón nos encontramos con la escalofriante cifra de 10.000 opositores afectados por flagrantes irregularidades en sus respectivos exámenes. Ambas administraciones (local y regional) han quedado marcadas en un momento en que el rigor de los poderes públicos debe ser inmaculado. Estas actuaciones sólo sirven para aumentar el descrédito en nuestros dirigentes y enviar una imagen de incapacidad por parte de la Administración que sólo resta credibilidad sobre una clase política que necesita hacer de la transparencia su seña identidad.
A día de hoy, Foro Asturias y Partido Socialista deben dar explicaciones sobre la razón de esta desorganización. Y lo que es más importante, buscar mecanismos que consigan paliar las deficiencias que se vienen registrando en estos procesos: dividir las sedes de las pruebas para evitar aglomeraciones, involucrar a la Universidad de Oviedo en el desarrollo y la corrección de los exámenes de selección o utilizar la tecnología para aumentar la eficiencia del control sobre los opositores deben ser mejoras a introducir en futuros procesos. Lo que no podemos tolerar es que, por actuaciones negligentes como la del pasado sábado, siga aumentando la sensación de indefensión que tiene el ciudadano ante la Administración Pública, a la cual no le vendría mal un examen de vez en cuando.
ANDRÉS RUIZ, VICESECRETARIO NUEVAS GENERACIONES GIJÓN.