¿No decía el concejal de Izquierda Unida que había que esclarecer el ‘caso Cabueñes’ «caiga quien caiga»? Pues ya comprobamos en el Pleno de ayer que Jesús Montes Estrada mentía. Al igual que a sus socios de gobierno socialistas, al edil de IU no le interesa que se conozca la verdad. Que el ex arquitecto jefe del Ayuntamiento de Gijón hubiera ganado 600.000 euros con la reventa de una parcela, que se había revalorizado de forma extraordinaria porque él mismo había decidido incluirla en el plan urbanístico municipal, ¿no es suficiente como para decidir crear una comisión de investigación?
Ovidio Blanco conocía perfectamente cómo iba a quedar redactado el plan parcial de Cabueñes, pero serán los jueces quienes juzguen si cometió o no delito. Otro asunto igual o más grave, si cabe, es la responsabilidad política de quienes ahora intentan que el ex arquitecto jefe se convierta en la única cabeza de turco de este supuesto caso de corrupción urbanística. ¿Qué tiene que ocurrir en Gijón y en Asturias para que los dirigentes socialistas y de Izquierda Unida decidan que es necesario abrir una comisión de investigación? Sólo hay una explicación a su negativa a apoyar la propuesta del Partido Popular: los responsables socialistas tienen mucho que ocultar y sus socios de IU les tapan las vergüenzas con la única finalidad de no perder sus prebendas.
Desde que los vecinos de Cabueñes destaparon este escándalo urbanístico, el equipo de gobierno ha ofrecido, día tras día, un espectáculo esperpéntico incurriendo en mentiras, contradicciones y actuaciones chapuceras. Todo les ha valido con tal de ocultar la verdad. Sospechosamente, la cinta que iba a recoger lo dicho y ocurrido en la Comisión de Urbanismo, donde se trató el asunto y que iba a ser llevada al Ministerio Fiscal, no grabó. ¡Qué casualidad! Posteriormente, el equipo de gobierno envió a la Fiscalía un acta sin aprobar y plagada de irregularidades. Con cada paso que ha ido dando, el gobierno municipal ha ido sembrando más dudas, más sospechas.
La sombra de corrupción que el ‘caso Cabueñes’ ha dejado en el Ayuntamiento de Gijón y la negativa del equipo de gobierno a crear una comisión de investigación donde se depuren todas las responsabilidades políticas de este gravísimo asunto, nos anima a seguir trabajando aún más duro. Hemos denunciado públicamente la existencia de un ‘tinglado’ urbanístico en el círculo del ‘arecismo’ que excede el territorio gijonés. Lo de Ovidio Blanco en Cabueñes no es un asunto aislado, y en el Partido Popular sí queremos llegar al final de todo este entramado, caiga quien caiga.