Es un hecho desgraciadamente comprobable que la crisis por la que atraviesa nuestro país está afectando con especial crudeza a los trabajadores autónomos y a las pequeñas y medianas empresas, que son fuente fundamental de creación de empleo y de riqueza económica. En el ámbito del comercio, en Gijón no hay más que recorrer las calles de nuestra ciudad para comprobar cómo desde el inicio de esta recesión el cierre de establecimientos comerciales y hosteleros se ha multiplicado debido a un notable retroceso en su actividad.
Por otro lado, la inmensa mayoría de las pequeñas y medianas empresas están tratando de ajustar los gastos, y algunas se ven abocadas a recortar producciones y a plantear regulaciones de empleo, los temidos ERE, por la brutal disminución de los pedidos.
Además de las consecuencias derivadas de la caída de la actividad general y de la contratación de la inversión y del consumo, los autónomos y las pymes están teniendo graves dificultades para obtener financiación. En concreto, el 80% de las pymes que acudieron a una entidad para solicitar un crédito tuvo problemas para obtenerlo. A esta dificultad de acceso al crédito se suman los retrasos en el pago de clientes, tanto de empresas, de particulares asfixiados por la crisis, como de las administraciones públicas.
Este problema de morosidad está siendo especialmente intenso y aumenta rápidamente, lo que está llevando a miles de pequeñas y medianas empresas a reducir su actividad radicalmente, en muchos casos, a interrumpirla, y como consecuencia desgraciada, a prescindir de sus empleados.
Desde el Partido Popular queremos transmitir un mensaje de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, verdadero puntal del desarrollo económico y de la creación de empleo en el conjunto de España y, por supuesto, en Asturias y en Gijón. No hay crisis de la que no se pueda salir, pero hace falta adoptar medidas eficaces desde los poderes públicos. Son necesarias, entre otras actuaciones, una menor presión fiscal sobre estas empresas y los emprendedores, una oferta de suelo industrial competitivo en precio, fondos de avales para permitir el crecimiento de las pymes, ayudas a la apertura de nuevos mercados y una financiación asequible para la inversión productiva.
En esa línea de buscar medidas eficaces hace apenas unos días el Congreso de los Diputados aprobó una proposición de ley del Grupo parlamentario Popular dirigida al Gobierno para que las pymes y los autónomos no tengan que abonar el impuesto del IVA de las facturas hasta que no las hayan cobrado en su integridad. Esta medida supone una gran ayuda en tiempos de crisis, de impagos y de falta de liquidez.
En situaciones como ésta es necesario, además de justo, evitar que los trabajadores autónomos y las pymes abonen un dinero en concepto de IVA que no han cobrado y que, en muchas ocasiones, por impago, no llegan a percibir.
Para dejar atrás la crisis lo antes posible hay que adoptar medidas como éstas, y hacerlo ya. Si algo caracteriza a esta larguísima e intensa recesión es que desde que empezó a atisbarse no ha sido combatida por el Gobierno con la urgencia que requiere su enorme gravedad. Las medidas para ponerle fin existen, sólo hay que tener el conocimiento y la voluntad política de adoptarlas. Dos condiciones que cumple el Partido Popular, lo demostró sobradamente cuando fue responsable del Gobierno de España.