Quienes vivimos en Gijón queremos habitar, sin duda, en el mejor Gijón posible. Su privilegiado entorno, marcado por el mar y por una bellísima y cercana zona rural, hace a nuestra ciudad merecedora de un desarrollo urbanístico sostenible, que compatibilice el respeto a nuestro patrimonio más verde con la implantación y mejora de los servicios públicos necesarios para la vida cotidiana.
En el Partido Popular estamos convencidos de que entre todos podemos hacer un Gijón mejor. Por ello, trabajamos ya en el diseño de un modelo urbanístico diferente al que hasta ahora se desarrolla en nuestra ciudad, y animamos a todos los ciudadanos a presentar cuantas sugerencias consideren convenientes en el proceso de tramitación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que ahora se inicia.
El actual Plan General, al que se opuso el Partido Popular con sus votos, fue promovido a espaldas de los ciudadanos para beneficiar a unos pocos y perjudicar a muchos. Durante su elaboración, tuvo la mayor contestación por parte de los gijoneses a través de las ‘Marchas Verdes’, entre otras actuaciones. Y esa oposición permanece hasta hoy.
Pero al gobierno de Paz Felgueroso no le gustan los ciudadanos que contestan, los ciudadanos que opinan, los ciudadanos que no piensan como ellos. El concejal y secretario general del PSOE de Gijón, José Manuel Sariego, ya definió a los vecinos de la Plataforma de Cabueñes como “malos ciudadanos” únicamente por hablar, por ejercitar sus derechos en un estado democrático. Ahora, ha acusado a los vecinos de la zona rural de ser los culpables de la anulación del PGOU “por un ansia de lucro desmedido”. Parece mentira que Sariego no se haya enterado, o no se quiera enterar, de que el actual Plan General de Ordenación Urbana acumula ya, ni más ni menos, que una treintena de sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Asturias que lo anulan. Lo que pretende el concejal socialista es amenazar, amordazar a los ciudadanos de Gijón, como lo intenta con el único partido de la oposición en el Ayuntamiento. El gobierno municipal ha comenzado, por tanto, la revisión del PGOU con una actitud de confrontación con los ciudadanos. Mal camino.
Tampoco ha comenzado con buen pie el proceso para la revisión del plan. Para empezar, porque no ha habido transparencia. Por mucho que la alcaldesa presuma de tener “un Ayuntamiento con techos y ventanas de cristal”, el oscurantismo predomina en cada paso que da este equipo de gobierno.
Por otra parte, ya hemos dicho desde el Partido Popular de Gijón que las tres alternativas que han puesto encima de la mesa para iniciar la revisión del PGOU son la mala, la peor y la pésima. Y para colmo, siguen manteniendo que el ‘nuevo’ plan será en un 99% idéntico al actual, al anulado por los tribunales. Entonces, ¿qué comedia es ésta? Con tal de mantenella y no enmendalla, son capaces de seguir manteniendo un urbanismo decadente e insostenible en nuestra ciudad.