La comisión de investigación echará a andar en las próximas semanas y deberá redactar un dictamen definitivo antes de las elecciones autonómicas del próximo mes de mayo. «Llegado el momento, podremos estar de acuerdo o no con ese escrito pero, al menos, habremos conseguido destapar a todos los responsables de este lamentable episodio», apuntó Pecharromán, que advirtió a los políticos socialistas de que tendrán que rendir cuentas en sede parlamentaria de que «se ha acabado el tiempo de las mentiras».
El concejal popular se mostró «muy satisfecho» por el cambio de rumbo que se produce a partir de ahora, después de que se declarase prescrito el delito por el abandono de las piezas. «Si Izquierda Unida no hubiera votado con nosotros a favor de investigar este asunto, habría sido cómplice de la actuación llevada a cabo por el PSOE, pero finalmente no ha sido así y estamos muy contentos», argumentó, tras destacar que el Ejecutivo regional «presionó por todos los medios» a sus socios de gobierno para que cambiasen de opinión.
«Desde que se destapó el asunto, los gobiernos local y autonómico han intentado que no se conociera nada e incluso llegaron a argumentar que todo se había hecho correctamente», subrayó Pecharromán, que situó la responsabilidad política del caso «en los más altos niveles del socialismo que ha dirigido Gijón y Asturias en las últimas décadas». «No hay que olvidar que este asunto afecta de lleno a la alcaldesa, Paz Fernández Felgueroso, y al presidente regional, Vicente Álvarez Areces, su antecesor en el cargo», sentenció. Además, añadió que «hace unas semanas solicitamos a la consejera de Cultura, Mercedes Álvarez, que abriera un expediente administrativo respecto al tema». «Si aún no lo ha hecho, podría incurrir en un delito de prevaricación», advirtió. La aparición en un zulo de numerosas cajas con material arqueológico descubierto durante las excavaciones realizadas a finales de los años 90 en la Campa Torres destapó hace meses una tormenta política entre socialistas y populares, que pusieron en la picota a los encargados de aquellos trabajos, entre los que se encontraba Francisco Cuesta, nombrado recientemente director del Museo Etnográfico de Grandas de Salime.