Afirma que se encuentra en un momento de madurez política y personal, que en el Partido Popular (PP) de Gijón ya ha pasado la etapa de los conflictos internos. Pilar Fernández Pardo, diputada en el Congreso y portavoz municipal de su formación, acaba de ser reelegida por tercera vez como presidenta de la mayor organización política local: cuatro mil afiliados. Subraya que su objetivo ahora es ganar elecciones en Gijón, donde los socialistas gobiernan desde 1979. Llega a la entrevista con algunos mensajes breves y claros: «Sólo el PP puede sacar a la ciudad de la crisis».
-¿Qué diferencias resaltaría entre este último congreso y los anteriores?
-Ha sido el congreso de la normalidad, derivada de un proyecto consolidado que pretendemos consolidar en los próximos tres años para que el PP gane elecciones. Lo normal, hasta ahora, es que no hubiera una sola candidatura, como en esta ocasión, y que se produjeran congresos con movilizaciones históricas de la militancia. Antes participaban unas cien personas, mientras que la primera vez que yo me presenté votaron unos setecientos afiliados. En esta ocasión he tenido unos seiscientos avales, pero quizás hubo menos participación por los cambios estatutarios, que exigen, antes de votar, una previa inscripción. Quizás la gente también se relajó, por decirlo de manera coloquial, al saber que sólo se presentaba una candidatura.
-¿La exigencia de un mayor número de avales para optar a la presidencia ha supuesto un freno a la participación?
-Supuso un freno para quien no tuviera los cuatrocientos avales, pero no para quien tiene respaldos. No había otra opción, aunque alguien llegó a decir que se iba a presentar. A día de hoy el proyecto que encabezo en el PP de Gijón no tiene rival, como se dijo en sus titulares.
-Usted tuvo casi el doble de avales que de votos efectivos.
-Quizá porque los afiliados no percibieron ningún riesgo para mi candidatura. Cuando se produjeron determinados movimientos por parte de alguien, esos días registramos en la sede una avalancha de personas para avalarme. El proyecto está más reforzado que nunca.
-¿Le avaló Luis Madiedo y éste es aún militante del PP?
-Madiedo aparece en el censo, por tanto es militante. Lo que he dicho es que, en lo que depende de mí y del PP de Gijón, esta persona quedó al margen del partido desde el mismo momento que hubo una sentencia por la falta que cometió. Fue destituido de todos sus cargos. Otra cosa es lo que depende de los órganos disciplinarios. Para mí, Madiedo no está ni formará parte de mi proyecto político.
-¿Por qué el presidente del PP de Asturias, Ovidio Sánchez, no acudió al congreso gijonés?
-No está acudiendo a ningún congreso. Sí lo ha hecho el secretario general (Fernando Goñi).
-¿Hay un desentendimiento de lo que ocurre en las juntas locales?
-Es una pregunta que debe responder él. Insisto, estuvo el secretario general, nuestro eurodiputado (Salvador Garriga)… Son personas que representan bien al partido.
-¿La ha felicitado?
-Sí, me llamó inmediatamente.
-Ha dicho que el proyecto está consolidado. ¿La asignatura pendite de Fernández Pardo es la de ganar elecciones ciudadanas?
-No tenemos asignaturas pendientes, sino retos. Y el reto que nos hemos puesto es el de ganar elecciones.
-¿Le gustaría ganar las locales o las autonómicas?
-Como presidenta del PP de Gijón lo que quiero es ganar todas las elecciones: las más inmediatas, las europeas.
-Más claramente, ¿le gustaría ser la candidata del PP a la presidencia del Principado?
-No es el momento ni estamos en ese debate, que se producirá en el PP de Asturias.
-Por alguna declaración suya, da la impresión de que no descarta esa opción.
-Ahora mismo no toca y sería absurdo hacer un futurible con ese asunto. En lo que ahora estamos es la definición de la dirección del PP de Gijón y en trabajar por la ciudad. El futuro, nadie lo sabe.
-¿Se ha precipitado Joaquín Aréstegui, presidente del PP de Avilés, al postularse como candidato?
-Respeto mucho las aspiraciones personales de cada uno, pero insisto en que el debate de la sucesión en el PP de Asturias no se ha abierto, aunque se producirá porque Ovidio Sánchez ya ha dicho que no se presentará de nuevo. Lógicamente habrá la renovación tranquila que se comprometió a afrontar y, también, un nuevo candidato o candidata y un nuevo presidente o presidenta.
-¿Por qué hay tantas broncas en los Plenos municipales?
-Quizás hay una percepción de los ciudadanos de que la ciudad está estancada, de que hay un régimen arecista de treinta años y que, en esta época de recesión, lo que encontramos es desindustrialización. Cada vez se demuestran más las chapuzas de este régimen arecista, en manos de quien tiene el gobierno local. Es evidente que tiene que existir una tensión porque hay una oposición muy viva, que quiere que Gijón avance, que no esté estancada. Lo que le decimos al Gobierno municipal en cada sesión plenaria es que hay que hacer algo, luchar y trabajar para salir de esa fase de letargo. Gijón debe recuperar el pulso que tuvo hace años y que con el Gobierno de Felgueroso, que evidentemente ya está más que amortizado, se ha convertido en incompetencia y chapuzas. No se asumen responsabilidades, está ausente. Esa tensión en los Plenos es resultado de la situación del Gobierno de Felgueroso, que demuestra cualquier cosa menos responsabilidad; tiene que espabilar.
-¿El caso del ex arquitecto municipal, Ovidio Blanco, es indicativo de algo?
-Sí, es una mera muestra de ese régimen arecista que está tocando a su fin. Después de treinta años, que haya sombras de corrupción en Gijón demuestra que puede haber algo más que sombras. No se ha aclarado lo que ha ocurrido y el PP, como la mayoría de los gijoneses, quiere saber qué paso. La norma de los gobiernos socialistas es que nadie asume responsabilidades. ¿Qué tiene que ocurrir en Gijón para que alguien del Gobierno de Felgueroso asuma responsabilidades y errores? Nunca aceptan propuestas del PP, aunque sean buenas; lo que hacen, después, es copiarlas, igual que Zapatero hace, aunque tergiversándolas.
-¿Por qué no llevaron el «caso Blanco» al Juzgado?
-Estamos esperando a ver qué dice la fiscalía, a la que todos hemos acudido. El asunto de Cabueñes no está enterrado, porque es un reflejo de esa sombra de corrupción que pulula por el Ayuntamiento y de la ya se habla a escala nacional. No puede quedar así. Vamos a llegar hasta el fondo de la cuestión, no nos vale con la apertura de un expediente en que se dice que Ovidio Blanco no puede volver a trabajar en el Ayuntamiento.
-¿Entre Pilar Fernández Pardo y la Alcaldesa, además de la evidente incompatibilidad política, hay incompatibilidad personal?
-No, ninguna, y quiero manifestar mi respeto por Paz Fernández Felgueroso. Otra cuestión es que estamos en posiciones políticas distintas, en las que nos han puesto los ciudadanos. Como líder de la oposición, lo que hago es oposición, porque, además, hay muchos motivos para ello y para censurar las chapuzas y la incompetencia. Es lo que le reprocho, y valentía para decirlo no nos falta ni a mí ni a los otros concejales que están conmigo. Habrá tensión mientras den palos de ciego y sigan cruzados de brazos ante los problemas de Gijón.
-¿Las obras incluidas en el llamado «plan Zapatero» son las adecuadas?
-No compartimos la idea de ese plan estatal, que no sirve para generar empleo. Nosotros, adelantándonos al equipo de gobierno, presentamos un listado de proyectos y hemos coincidido muy poco. Estamos haciendo un seguimiento de ese plan porque creemos que generá pocos puestos de trabajo.
-¿El proceso de adjudicación de la reforma de El Molinón fue el correcto?
-Es el primer gran fracaso del concejal (Santiago) Martínez Argüelles aunque lo llevaba su cuñado Pedro Sanjurjo. A nosotros nos parecía que Ruta de el Molinón no podía afrontar esa remodelación con el capital que tenía. ¿Y por qué ha sido un gran fracaso? Pues, posiblemente, porque han querido ocultar las deficiencias estructurales del estadio; no lo sé, porque hemos encontrado todo tipo de trabas para ver el expediente. Quizás se necesitaba mayor inversión. Siempre hemos sospechado que había algo raro. Otro incumplimiento. Martínez Argüelles ya acumula varios fracasos. Otro, la «Semana negra», con el planteamiento de ubicarla junto al campus, cuando él fue vicerrector. Parece una provocación.
-¿Qué opina de la decisión de trasladar la «Semana negra» a El Arbeyal?
-Pues otra improvisación y otro fracaso. Llevamos mucho tiempo pidiendo un parque de ocio que sirva para estos eventos.
-A lo largo de la entrevista ha hablado reiteradamente de Santiago Martínez Argüelles, concejal de Hacienda, pero nada del primer teniente de alcalde, José Manuel Sariego, y casi nada del portavoz socialista y concejal de Urbanismo, Pedro Sanjurjo, ¿da por hecho que será el próximo candidato socialista a la Alcaldía?
– El «catastrazo» lo dio Martínez Argüelles. Sanjurjo es un cadáver político, como le dije tras el Pleno en el que se analizó el caso urbanístico de Cabueñes. No está capacitado para llevar una responsabilidad tan importante como la de Urbanismo. Sariego tiene muy poco campo de actuación municipal. Su responsabilidad, el teatro Jovellanos, es una máquina de perder dinero y fruto de su gestión está casi en quiebra. Y como gestor de la «Semana negra» es otro fracasado.
-¿Está más satisfecha con su actual Grupo municipal que con el anterior?
-Estoy satisfecha con el trabajo de los once concejales y orgullosa de ser su portavoz; hacen frente al Gobierno de Paz Fernández Felgueroso.
-¿Hay que fiscalizar Sogepsa?
-Mantengo lo que dicen mis compañeros en la Junta. Por eso decíamos, cuando se fiscalizó el «caso Blanco» que la investigación no podía quedar reducida a Gijón. (Francisco) González Buendía (es consejero de Infraestructuras) se fue al Principado y se llevó a Ovidio Blanco, por cuyas manos ha pasado todo el suelo de Asturias. Todo eso hay que fiscalizarlo, y debe hacerlo la Sindicatura de Cuentas. Areces se ha caracterizado por crear un montón de sociedades y meter a las personas de su confianza. Hay clientelismo y burocratización. Donde hay dinero público, hay que fiscalizar. Estoy hablando del fracaso del arecismo, que nació en Gijón y se extendió por toda Asturias.