La portavoz del Grupo Popular, Pilar Fernández Pardo, presentó un ruego a la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, que se sustanciará en el próximo Pleno que se celebrará el 9 de julio, para que la primera autoridad municipal «se dirija a la dirección de la empresa Suzuki y haga ante sus responsables la mediación y gestiones necesarias para evitar los despidos comunicados y para que, en su caso, estos sean sustituidos por otros mecanismos recogidos en el derecho del trabajo que no supongan la extinción de la relación laboral que mantienen los trabajadores con la empresa».
Tras el anuncio de la multinacional japonesa de acometer una reestructuración de la plantilla en su factoría de Porceyo, con el despido de treinta a cincuenta trabajadores, en el ruego del PP, que firma la portavoz de la oposición municipal, la también diputada nacional Pilar Fernández Pardo, se señala que «este anuncio supone un grave hecho en sí mismo y se une a la general destrucción de empleos que está teniendo lugar en todos los sectores productivos de nuestra ciudad».
Suzuki basa la reestructuración de su plantilla por la bajada en las ventas en el mercado de las dos ruedas, especialmente en Italia, país al que exportaba buena parte de la producción de su planta gijonesa, en la que la multinacional mantiene una plantilla de 256 empleados.
La multinacional llegó a Gijón a mediados de los años ochenta del siglo pasado, tras adquirir la antigua fábrica de Motocicletas Avello, situada en El Natahoyo, a la compañía austríaca Puch.
En julio de 1992, Suzuki Motor España puso la primera piedra de su planta de Porceyo, con la idea de alcanzar una producción anual de 100.000 vehículos de dos ruedas. En 2008, la factoría cerró con unas pérdidas de 6,5 millones de euros, y el año pasado las pérdidas se elevaron a 5,4 millones de euros.