El Partido Popular reiteró ayer su apuesta por la recalificación de los terrenos que han venido ocupando los astilleros -Juliana y Naval Gijón- y el resto de la industria pesada que queda en la zona de Poniente y El Natahoyo. «Es un espacio privilegiado que debe regenerarse con usos residenciales y dotacionales para provecho de toda la ciudad», defendió ayer el edil Pablo Fernández.
Para ello reclamó al equipo de gobierno «coraje político», que es lo que según el concejal popular ha impulsado a su grupo municipal a cambiar de criterio respecto al debate urbanístico suscitado en 2004. «Los tiempos y la condiciones han cambiado y un político responsable debe saber adaptarse a las nuevas realidades para mirar al futuro y buscar soluciones», aseguró Fernández respecto al punto más llamativo de la sugerencia del PP a la revisión del PGO, que ayer tuvo oportunidad de explicar en la Comisión de Urbanismo.
Sobre el único astillero que queda en activo, insistió en que «la única posibilidad de garantizar su futuro y competitividad es su traslado a El Musel en los terrenos ganados al mar donde se iban a construir las fallidas plantas de biodiésel». Además, opinó que Juliana debería dedicarse a la construcción de grandes barcos, que es lo que demanda ahora el mercado. Algo que, a su juicio, resulta inviable en su actual emplazamiento.
Pablo Fernández, arquitecto de profesión, también aclaró qué quiso decir cuando defendió una «calidad urbana» para la zona de Poniente sin astilleros y el resto de industria pesada. El edil explicó que con ese concepto no se refirió a la construcción de viviendas de lujo, sino a aprovechar la calidad intrínseca que ya tiene ese ámbito con su apertura al mar, la presencia de dos playas y la proximidad de equipamientos como el acuario y el balneario. El concejal afirmó también que su grupo no se opone a que en la zona se abran oficinas dentro de un nuevo parque empresarial, aunque opinó que darle a la zona sólo ese uso «sería infrautilizarlo».