El Pleno municipal aprobó ayer por unanimidad iniciar la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Gijón. Según explicó el concejal del Grupo Popular Pablo Fernández, su grupo votó a favor porque «el Partido Popular quiere pasar página a estos cuatro años oscuros» del urbanismo gijonés. Igualmente el edil pedía a los miembros del equipo de gobierno que asumieran sus culpas por el PGOU anulado por los tribunales en vez de echar la culpa «a los vecinos, especialmente a los de la zona rural».
Fernández aludía así a las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) en contra del PGOU, que ya suman un total de 30 fallos judiciales contrarios que el equipo de gobierno ha decidido recurrir. Precisamente el pleno aprobó ayer, con los votos favorables de PSOE e IU, presentar otros diez recursos de casación al Tribunal Supremo por estas sentencias contrarias. La portavoz del Popular, Pilar Fernández Pardo, dijo que se trata de «30 fracasos que vienen acumulando en contra del PGOU».
El edil Pablo Fernández criticó que las alternativas que presenta el equipo de gobierno son «más de lo mismo» y abogó porque los expertos indiquen primero el número de viviendas que serán necesarias durante los próximos años para a continuación ver qué modelo de desarrollo urbanístico se ajusta más a esa previsión. Igualmente Fernández reprochó a Sanjurjo la «incertidumbre» que está creando en el sector de la construcción ya que habla de que el modelo que el PGO quiere hacer es el de una «ciudad compacta» pero al mismo tiempo habla de construir bloques en Cabueñes. «Son cosas antagónicas», afirmó el edil de la oposición, por lo que pidió a Sanjurjo que se defina en este sentido, al igual que lo que va a suceder en la zona rural. «Presente modelos de ciudad», pidió, al tiempo que adelantó que su grupo presentará un modelo alternativo antes de que finalice el plazo de alegaciones.