El portavoz del Partido Popular en la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados, Andrés Ayala, dijo ayer, durante una comparecencia del presidente de Puertos del Estado, José Llorca, que «hay algunas inversiones, léase el puerto de Gijón, léase el puerto de La Coruña, que lejos de ser inversiones destacables y a enseñar, más valía que corriéramos sobre ellas un tupido velo por la vergüenza de algunos gastos injustificados que concretamente se refieren a dos autoridades portuarias, a dos inversiones en puertos del Estado, con unas administraciones de todos conocidas y que yo, por lo tanto, no voy a referir, pero que valía la pena decirlo».
Las citadas afirmaciones se producen cuando la Unión Europea sigue sin cerrar el expediente abierto hace ya cerca de un lustro a raíz de una denuncia de Los Verdes, que mantiene sin liquidar el 20% de la subvención de 250 millones de euros concedida para financiar la ampliación de El Musel. Es decir, que tiene en el aire nada menos que 50 millones de euros.
El compareciente, José Llorca, indicó que «hay algunas cosas dudosas de que se hayan afrontado, pero ahí están». Y añadió: «Las grandes inversiones están hechas. Hemos aprovechado los fondos europeos y ahora hay que pagarlo».
Mejorar la rentabilidad
La comparecencia de José Llorca en el Congreso incluyó cuatro citas a El Musel o a los puertos asturianos. Para nada bueno. En un caso, fue para señalar que el puerto gijonés tiene que mejorar mucho su endeudamiento; en otro, fue para incluirlo como parte de un trío de dársenas, formado además por Tarragona y La Coruña, que han perdido el protagonismo del tren como modo de entrada o salida de la mercancía.
Asimismo, Llorca también citó a Gijón para defender que la subida de la tasa de ayudas a la navegación supondrá sólo un 2% de incremento del coste de amarre (los veleros de menos de 12 metros de eslora y las embarcaciones a motor de menos de 9 metros están exentos), ya que el precio anual es de unos 3.000 euros y la bajada de tasas por barco palían en gran medida el aumento de la ya citada de ayuda a la navegación, orientada a financiar a Sasemar.
Pero la cita más amplia de Llorca a los puertos asturianos estuvo dirigida a la Zona de Actividades Logística e Industriales (ZALIA). Y es que, dijo, «muchas veces las comunidades autónomas ven a las autoridades portuarias del Estado como subvencionadoras de decisiones que toma la propia comunidad autónoma, muchas veces sin tener en cuenta los criterios portuarios».
El presidente de Puertos del Estado admitió que las discrepancias respecto a la ZALIA provocaron tensiones con el Gobierno autonómico, porque dijo que, con una situación «complicada» de los puertos de Gijón y Avilés, se pretendía que asumieran una financiación que «no nos pareció razonable». Concretamente, el Principado planteaba que las dos principales dársenas de la región pagasen 28 millones de euros de la Zona de Actividades Logísticas.
Además, «cuando el Gobierno de Zapatero autorizó su participación en la ZALIA, fue ya con la condición de que ambos puertos no avalaran ni un sólo euro». El puerto de Gijón, por otra parte, tiene una situación financiera complicada «y no está para pagar ni avalar las decisiones de nadie», zanjó Llorca.
El puerto de El Musel obtuvo beneficios en el ejercicio 2013, pero está entre los que deben de «mejorar» su rentabilidad y competitividad con el fin de generar los recursos necesarios para «pagar» los sobrecostes de las obras de ampliación. Así lo explicó Llorca, quien insistió en que que la dársena gijonesa «debe trabajar para mejorar su situación individual».