La Comisión Europea se está planteando dar un giro en su política de ayudas a las regiones de los distintos países de la Unión cuyas rentas son inferiores a la media comunitaria, y, por supuesto, muy alejadas de las regiones más ricas. La crisis por la que está atravesando todo el mundo, a la que no es ajena Europa, ha obligado a Bruselas a analizar cómo va afrontar el complejo encaje de bolillos que supone atender los gastos sin poder elevar los ingresos dentro del futuro presupuesto comunitario, a partir de 2014.
El problema surge a raíz de una propuesta de la Comisión Europea, respaldada por Francia, Alemania y Holanda, para cambiar los objetivos de las ayudas de política de cohesión, dando prioridad a los proyectos competitivos en I+D+I relacionados con la energía y el medio ambiente, y con las tecnologías de mitigación del cambio climático, frente a lo que hasta ahora se ha venido aplicando, que es transferir fondos para infraestructuras o para mejorar las existentes. Esta propuesta también afectará a los gastos en materia de política agraria común (PAC). Si esta propuesta saliese adelante, Asturias saldría perjudicada, porque nuestra comunidad está en las antípodas de ser una región con un desarrollo que tenga su base en la innovación encaminada a la competitividad.
Las ayudas europeas, como hasta ahora han sido concebidas, han sido fundamentales, desde el ingreso de España en la UE en 1986, para dar un empuje imprescindible a nuestras infraestructuras de comunicación. En Asturias este apoyo económico proveniente de esos fondos ha sido determinante para que nuestro atraso histórico en materia de comunicaciones respecto a la ya de por sí anticuada red española tuviera un impulso en obras como las autovías, los puertos y el ferrocarril. Esto no impide hacer una reflexión crítica, absolutamente veraz, de que por parte de los gobiernos socialistas de España y de Asturias no se hizo ni se está haciendo lo que es obligado: aplicar eficientemente estos fondos europeos, junto con los propios españoles, para finalizar, de una vez por todas, estas infraestructuras que siempre, por razones de incompetencia o traslado de esos recursos a otras comunidades más «rentables» políticamente para el PSOE, se han visto postergadas.
Salvador Garriga, eurodiputado asturiano del Partido Popular, ya ha advertido de que el Gobierno de Areces debe tomarse muy en serio la posible reforma del Presupuesto comunitario, y ha recordado que España, y Asturias dentro de ella, está a la cola de los países europeos en materia de inversión pública y privada en investigación tecnológica aplicada al desarrollo. Cambiar radicalmente esta situación, y hacerlo ya, no sólo es fundamental para recibir fondos comunitarios si el criterio de la Comisión Europea cambia definitivamente, sino que también es determinante para que nuestro país y nuestra región puedan salir de una crisis, que más económica es de estructura del sistema productivo.
Con lo visto y hecho hasta ahora por parte de los gobiernos socialistas nacional y regional, primero ante la crisis y ahora ante la brutal recesión, que ha sido nada, mucho nos tememos que, una vez más, sean incapaces de adecuar nuestra situación a los cambios que indefectiblemente se avecinan.