(Lucía Ramos / El Comercio) Quien no arriesga no gana. Con ésta máxima defendió ayer la presidenta de la gestora del PP en Gijón, Ángeles Fernández-Ahúja, los «buenos resultados» obtenidos tras la puesta en marcha de «duras y a veces impopulares» reformas. Lo hizo tras realizar una visita a la Feria junto a algunos compañeros de partido.
Ahúja comenzó recordando las declaraciones de Álvaro Muñiz: «Este año no vendí la Fidma, me la compraron». Algo a lo que añadió manifestaciones de expositores a EL COMERCIO en las que reconocían que «la gente está perdiendo el miedo a comprar». «Esto son síntomas claros de una recuperación económica que está en marcha y ya es palpable, aunque obviamente no ha llegado a todo el mundo», señaló la presidenta de la gestora, quien recalcó que «desde que el PP comenzó a gobernar en España hemos pasado de una deuda pública de más de 600 puntos a poco más de 100, de un PIB negativo a uno positivo y de pagar cien millones de euros diarios de intereses de deuda pública a prestar nosotros mismos más de 16.000 millones a los demás». Esta recuperación, dijo, se debe a que «se ha llevado a cabo todo un ejemplo de consolidación fiscal y una reforma laboral que ha supuesto una modernización de la negociación colectiva y mayor flexibilidad en la contratación, con una apuesta clara por el empleo joven».
Reconoció que algunas de estas medidas han sido «difíciles», pero sin ellas, recalcó, «poco se puede conseguir». En este sentido, manifestó que «Gijón necesita tener un futuro, transformarse, pero para ello hay que tomar decisiones no a corto plazo, pues no queremos un gobierno municipal prisionero de las urnas sino que actúe, que impregne dinamismo». Así, animó al equipo de gobierno a «no quedarse en la grada» y señaló que «a veces hay que sufrir un mínimo rasguño para conseguir una transformación de Gijón y una reactivación económica más elevada».