(Artículo de Beatriz Calahorra, presidenta de la Comisión de Igualdad del Partido Popular de Gijón). Casi a diario leemos noticias sobre malos tratos. Parece que fuera ya un bloque que no falta en periódicos y telediarios. Vemos los números y los porcentajes de esta violencia con asombro pasmoso: muertes, ataques, agresiones sin protección… No sé si somos capaces de captar el horror, la ansiedad, el temor y el sufrimiento que existe detrás de cada caso. Es una sangría que parece no tener fin. Víctimas silenciosas que, por prejuicios personales u otras circunstanciales, no pueden poner solución hasta que su silencio se transforma en clamor de muerte.
Además, detrás de cada una de ellas existe un círculo de incidencia directa: hijos, padres y amigos que experimentan en su vida el pánico, la amenaza, la desesperanza. No saben y tienen miedo a involucrarse, quizás por prudencia o cobardía, quién sabe, pero víctimas colaterales y, en algunos casos, hasta directas.
Nuestro deber y responsabilidad para con ellas es concienciar a toda la sociedad y reforzar y abordar las causas con intervenciones integrales dirigidas a la víctimas, muy especialmente a sus hijos, que son víctimas también, tal y como expresamos en el Manifiesto que nuestro presidente leyó el 25 de noviembre con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, aunque para el PP de Gijón todos los días son 25 de noviembre.
Además de ponernos en pie de guerra contra el maltrato, seguimos las directrices que en política de Igualdad está realizando el Gobierno del PP, cuyas medidas van a contribuir a parar esta crueldad. En ellas estamos poniendo, además de mucha esperanza, toda nuestra experiencia con los mejores especialistas que a tal fin están contribuyendo, como policías, psiquiatras, psicólogos, pedagogos, abogados, jueces y asistentes sociales, así como los propios afectados y sus familias.
No nos dejaremos vencer ni caeremos en el desánimo. Abogamos por cambios eficaces, una educación no sexista y generosa con capacidad para adaptarse a los tiempos. Superando retos llegaremos a despejar este horror que nos acecha día y noche. Tolerancia cero contra el maltrato, sí, pero será mejor tratar de que la violencia sea también cero.