Pilar F. Pardo, presidenta del Partido Popular de Gijón.
Como “político, médico y madre”, la portavoz del Grupo Popular se siente “muy concienciada” con la Ordenanza de Convivencia que ha sido aprobada esta mañana en el Pleno Municipal. Pilar Fernández Pardo expresó la satisfacción del PP, tanto por la tramitación como por su confianza en que “será una buena norma, que tendrá en cuenta las propuestas de los ciudadanos” en este periodo de alegaciones que se amplía a 60 días.
En su primera intervención, explicó qué es un ‘botellódromo’, “un lugar habilitado y autorizado por el Ayuntamiento con unos equipamientos específicos”, y dejó claro que la intención del Partido Popular “nunca” fue la de crear estos espacios “por mucho que insista el PSOE”. Al contrario, Fernández Pardo afirmó que “ninguna autoridad debería señalar dónde se puede beber, porque en principio no es bueno beber”. A partir de ahí, expuso que la prevención se realizará desde el Plan Municipal de Drogas.
La portavoz popular destacó también otros aspectos que la nueva Ordenanza incluye a instancias del PP, como la regulación de la música en la calle. “Se trata de quien quiera cantar o tocar algún instrumento, pueda hacerlo en los lugares y horarios autorizados”, dijo.
En su segundo turno, Fernández Pardo arremetió contra “el reduccionismo absurdo” de PSOE e IU y aclaró que el hecho de que “estemos aprobando esta Ordenanza, no significa que todos los ciudadanos sean incívicos”. “Según lo que dicen (en referencia a las concejalas de PSOE e IU, no existiría el Código Penal”, apuntó.
La portavoz popular resaltó que la conducta de los gijoneses es “encomiable”, y que los responsables políticos “estamos en el ejercicio de un derecho y un deber, que es el de regular”.
Reprochó también a Izquierda Unida que “hable en el Pleno de cara a sus correligionarios”, y recordó al PSOE que durante sus 32 años de gobierno nunca tramitaron una Ordenanza con tanta participación.
Además, Fernández Pardo aseguró que la zona rural “nunca estuvo tan protegida como con esta Ordenanza, tan trabajada, donde las carbayeras, por ejemplo, son elementos protegidos y en ellas no se puede practicar ‘botellón’”.
