Impulsar un plan municipal de arbolado urbano para gestionar y mantener en buen estado el patrimonio arbóreo de Gijón. Ese es el ruego que llevará al pleno municipal de la próxima semana la concejala del Partido Popular Ángela Pumariega, que insta a crear este plan para así “garantizar la conservación del arbolado”, pero también para “dilucidar la responsabilidad patrimonial del Ayuntamiento en los daños provocados por la caída de árboles”, entre otras cuestiones.
A ojos de Pumariega, según recoge en su escrito, “la aportación del arbolado urbano a la ciudad no solo es estética”, sino que también conlleva una serie de “beneficios funcionales”, entre los que destaca “la reducción de la temperatura, la disminución de los contaminantes atmosféricos, su función como cortavientos y de conservación del agua y reducción de la erosión del suelo”.
No obstante, la edil popular subraya que en los últimos años “las incidencias en torno al arbolado han ocasionado importantes daños materiales”. Pumariega incide en que “son frecuentes los problemas por caída de árboles y ramas”. Además, la concejala del PP critica la “tala de ejemplares que no han sido repuestos de manera conveniente”, como ocurrió con los tamarindos del paseo del Muro, cuya tala se desató polémica entre la ciudadanía, pero también a nivel político.
Por todo ello, Pumariega urge la creación de un plan municipal transversal de arbolado, cimentado en criterios técnicos, con el fin de “ir más allá de dar respuestas puntuales e improvisadas”. Así, pide elaborar un diagnóstico de la situación actual del patrimonio arbóreo de la ciudad y, con esa base, poder planificar actuaciones a más largo plazo, merced a “una serie de pautas de gestión que nos ayuden a proteger, conservar y mejorar la masa verde” de la ciudad. Esta mejora supondría, además, “hacer una ciudad más ecológica y sostenible”.
De este modo, entre los objetivos del plan están el de “garantizar la conservación del arbolado, elaborando normas técnicas de mantenimiento”, “realizar un listado actualizado de las diferentes especies que hay en la ciudad”, aprovechando además para crear “un catálogo de árboles singulares que deben de ser objeto de especial protección” y, del mismo modo, “inventariar los árboles que, debido a su mal estado, requieran ser talados”.
Igualmente, el plan estaría encaminado a “fomentar la diversidad del arbolado y determinar las especies que se deberían plantar en los nuevos proyectos de urbanización” o fijar los criterios para determinar la responsabilidad que pueda tener el Ayuntamiento ante los daños ocasionados por la caída de árboles. También “establecer protocolos que coordinen las actuaciones ante estas situaciones de peligro” que puedan suceder.