(O. Esteban /El Comercio) Tras conocerse la intención del PSOE gijonés de ampliar las zonas peatonales en el centro, vecinos y hosteleros mostraron su acuerdo, los comerciantes se mantienen a la espera de conocer más datos y el Partido Popular se suma a la discusión. Lo hace para criticar, en primer lugar, que la idea le parece más «una improvisación electoral» que un proyecto meditado y estudiado. Y eso a pesar de que, aunque parezca extraño, PP y PSOE parecen coincidir en el «análisis» de esa parte de la ciudad y en que hay que «mejorar la relación entre el centro y el paseo del Muro».
Ahora bien, mientras la idea a la que Santiago Martínez Argüelles anda dando vueltas pasa por peatonalizar calles situadas en el ámbito comprendido entre Capua y Cimadevilla, la del PP supone echar la vista atrás y recuperar la idea del proyecto ganador del concurso de ideas del plan del Muro. En el año 2001, el arquitecto Celestino García Braña presentó sus alternativas para dar un absoluto cambio de imagen a la zona y, en el desarrollo de esas ideas, planteó una peatonalización del Muro que pasaba por el soterramiento del tráfico desde el paseo hasta el Humedal. Esa es la idea, explicó ayer el concejal Pablo Fernández, que recuperará de nuevo el PP y que incluirá en su programa electoral.
Con esa solución, defienden los populares, sí se podrían acometer peatonalizaciones en superficie. Si no, «¿por dónde se va a llevar el tráfico, qué hacer con los coches que pasan por Munuza?». Esa es la gran incógnita en caso de llevar a cabo una drástica eliminación del tráfico en superficie en el centro. Parece evidente que habría que dejar, en cualquiera de los casos, una vía de circulación que una el Muro con el Humedal. La idea del PP sigue pasando por el soterramiento, al menos de uno de los carriles de circulación, cuestión que «habría que diseñar de forma enlazada con el plan de vías», pues ambos concurrirían en la zona de Álvarez Garaya.
Dicho todo esto, el concejal Pablo Fernández considera que hablar de peatonalizaciones es ya «radical», que el término correcto en estos momentos es la «pacificación» del tráfico, y que eso se puede conseguir de diversas formas. Porque «no todas las calles pueden ser Corrida». Pone de nuevo encima de la mesa el ejemplo de la calle de Covadonga, semipeatonal, de adoquines, con aceras y calzada igualadas. Ese podría ser «el modelo», defiende Fernández, quien reconoce que el PP lleva mucho tiempo estudiando posibles alternativas a aplicar en el centro de la ciudad. Unas alternativas que, según él, en ningún caso pasarían por peatonalizar todas las calles. Quizás una sí y la paralela no. Quizás aplicar el ‘modelo Covadonga’. Quizás limitar el tipo de vehículos que puedan circular por allí… Siempre, sin medidas «radicales» que conlleven más problemas que beneficios. «En Cimadevilla, por ejemplo, era necesario restringir el tráfico en determinados horarios. Y aún así, los hosteleros y comerciantes nos transmiten que han notado un descenso del negocio», asegura.
Todo ello debería estar recogido en un plan de movilidad, reclaman los populares, un estudio que analizara al detalle las necesidades y posibilidades de cada zona y cada calle. «No se puede decidir, por ejemplo, peatonalizar la calle del Instituto si por allí tiene que pasar una línea de autobús». Por todo ello, cree Fernández que la propuesta está aún «poco meditada». Y más, si «tenemos en cuenta que en el otro extremo del Muro, en el puente del Piles, hacen justo lo contrario a priorizar al peatón, pues le obligan a ir por el paso soterrado».