Gijón padeció 32 años de gobiernos socialistas, partido político que se caracteriza por la creación de una estructura pública sobredimensionada, que está íntimamente relacionada con el despilfarro del dinero público y el aumento de cargas fiscales a los ciudadanos. Todo ello tiene como consecuencias el secuestro de la iniciativa individual, el ahogo del sector privado (desde las grandes empresas hasta el pequeño comercio debajo de nuestra casa) y el abandono de conceptos como la productividad, el crecimiento o la optimización de los recursos. ¿Cuál es el resultado final? La destrucción masiva de empleo, el endeudamiento público y el empobrecimiento de los ciudadanos, especialmente, de la clase media. Si a eso le sumamos la mala gestión y la manifiesta incapacidad (mezclada en ocasiones con viejos rencores y sectarismo) de muchos de sus representantes públicos… El cóctel es explosivo.
Estos rasgos que caracterizan al socialismo se dan allí donde gobiernan. Da igual que sea Andalucía, Extremadura, Cataluña o Asturias. Los gijoneses tuvimos que sufrirlos durante 32 años. Así, en mayo de 2011 Gijón presentaba 30.000 parados, centenares de comercios a lo largo y ancho de nuestros barrios con el cartel de «se traspasa» y a miles de jóvenes emigrando de nuestra ciudad en busca de una oportunidad. Realidades todas ellas que son nuestra seña de identidad desde los años 80.
Ante este catastrófico panorama, irrumpió en la escena política un nuevo partido llamado Foro Asturias. Bajo un discurso mesiánico, argumentaban una teoría de la conspiración judeomasónica que tildaron como «pacto del duernu», por la cual ellos eran la única solución a los problemas que padecíamos derivados de tanto socialismo. Su acierto a la hora de vender el timo y los errores cometidos por el partido que debía aspirar a alcanzar el gobierno (lo cual provocó el hartazgo de nuestro electorado) hicieron que muchos ciudadanos se ilusionaran y los votaran. Y eso, junto a la altura de miras del Partido Popular, permitieron que se diera el ansiado cambio político en nuestra ciudad.
Tras dos años y medio en el Gobierno municipal, ¿en qué ha cambiado Gijón? El sobredimensionamiento continúa, con todas las empresas públicas y fundaciones municipales exactamente igual que hace 3 años. A pesar de sus promesas en el programa electoral o de lo acordado con el Partido Popular para sacar adelante los últimos presupuestos, nada ha cambiado ni tiene intención de hacerlo. Para su mantenimiento, se continúa desangrando económicamente a los ciudadanos con subidas impositivas como la que acabamos de vivir con el IBI (a pesar de la propuesta de reducción del Partido Popular).
Por ello, la estructura económica de nuestro municipio continúa exactamente igual. El mismo número de parados, el mismo número de comercios cerrados, la misma desolación y los mismos grupos de jóvenes cogiendo las maletas para irse de nuestra ciudad en busca de oportunidades. El Ayuntamiento sigue siendo la principal empresa del municipio, contando con el mayor número de empleados, mientras los sindicatos viven tan felices con este gobierno de Foro.
También caracterizaba al socialismo la manifiesta incapacidad de sus representantes públicos. Otra seña de identidad de nuestro equipo de gobierno municipal, si observamos la gestión de nuestro urbanismo: el PGO, la chapuza del carril-bici del Muro, las mentiras a los vecinos de Jove… La polémica creada con la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, la desastrosa organización de las pruebas de acceso a ofertas de empleo público, las excentricidades de Moriyón o Rubiera… Y especialmente, sus evidentes limitaciones para defender los intereses de Gijón fuera de nuestra ciudad, algo habitual en partidos de corto recorrido y sin ningún peso ni importancia en las instituciones donde tanto nos jugamos.
Tras dos años y medio, ya podemos entender qué significa aquello de que Foro era un partido «transversal». Transversal significa continuista. Quiere decir que gobernar ya no implica transformar si no que se conforma con administrar. Transversal, por tanto, es la característica del nuevo fenómeno ideológico que padecemos en Gijón: el «forialismo». Seguiré pensando que Gijón sigue sin tener el gobierno que verdaderamente se merece; el gobierno que impulse el cambio que convierta a esta ciudad en el verdadero referente económico, turístico y social del norte de España.
David González Medina es presidente de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Gijón