
Pilar F. Pardo
LAS MANIFESTACIONES DE VICTOR MORLÁN SON UN INSULTO DIRIGIDO A LOS GIJONES Y A TODOS LOS ASTURIANOS, CORROBORADO POR FELGUEROSO Y ARECES
Todo lo declarado ayer, en la Feria de Muestras de Gijón, por el secretario de estado de Planificación e Infraestructuras, Victor Morlán, y los términos en que tal declaración se hizo, obligan a exigir que esta persona y otros llamados ”responsables” del gobierno de la Nación, desde su propio presidente, Rodíguez Zapatero , hasta el ministro de Fomento, José Blanco, se abstengan desde ya y en el futuro de hacer manifestaciones sobre la Alta Velocidad entre Gijón y Madrid. De ellos se demandan por los ciudadanos hechos: plazos, presupuestos y una obra realizada. Y ha quedado claro que de estas personas es imposible obtenerlos.
Si Morlán prefiere que le critiquen por no dar plazos que por levantar falsas expectativas dándolos, que no se moleste ni en lo uno ni en lo otro. En ambos casos, sus opiniones carecen desde hace tiempo de toda credibilidad en Gijón y en Asturias.
Es mucho mejor para él, para no caer en el espantoso ridículo en que lo hace cada vez que habla sobre las comunicaciones en nuestra región, que no se refiera más a ellas. Para sencillamente pitorrearse, como hizo ayer, le invitamos a que no nos honre más con su visita, por favor.
El ministerio de Fomento se ahorrará su “valioso” tiempo y, a la vez, el gasto del dinero de todos los contribuyentes que traen consigo sus desplazamientos.
Para insultar de nuevo la inteligencia de los gijoneses y de los asturianos, en este y otros trascendentales asuntos que afectan a la ciudad y a la región, ya contamos con Paz Felgueroso y con Álvarez Areces, que asistieron complacidos a sus manifestaciones y las corroboraron, con manifestaciones como “Hito histórico” y “Algo que pueden vivir pocas generaciones”.
Su papel institucional en defensa de los intereses de la ciudad de Gijón y del conjunto de Asturias, respectivamente, ha vuelto a ser abandonado.
Felgueroso y Areces han dejado meridianamente claro que la mentira, envuelta en el insulto, en que la administración socialista del Estado actúa cuando se refiere a Gijón y Asturias, es compartida por ambos y que no defienden ni lo harán nunca a la ciudad más poblada de la región ni al conjunto del Principado.