(Olaya Suárez / El Comercio) «Todo lo que se sube a internet deja una huella digital que muchas veces ni siquiera la Policía es capaz de eliminar». Miguel Ángel Gil, jefe del Grupo de Delincuencia Económica y Tecnología de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón, ofreció ayer en el centro municipal de El Coto una conferencia titulada ‘Menores e internet’, organizada por el área de Nuevas Tecnologías del Partido Popular.
El representante de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado hizo hincapié en la necesidad de concienciar a los menores de los peligros derivados de compartir determinados archivos en las redes sociales y a través de ‘whatsapp’. «Internet es una herramienta potentísima tanto para los que nos quieren bien como para los que no, y desde el momento que compartimos un archivo dejamos de tener control sobre él», manifestó.
El 40% de los usuarios de las redes sociales tiene entre 15 y 24 años. Sin embargo, cada vez se detectan perfiles de usuarios de menos edad, como de 7 y 8 años. «Muchas veces ni siquiera los padres son conocedores de que sus hijos tienen perfil y tampoco el uso que les dan», comentó. Como premisa básica, se recomienda a los progenitores controlar la utilización de internet y estar presentes siempre que los menores entran en las redes sociales.
Para los padres de los adolescentes, lo idóneo es que «ayuden a los menores a ser conscientes de los peligros derivados del mal uso de las herramientas», como por ejemplo, compartir vídeos de contenido sexual o desnudos -una práctica que cada vez se detecta con mayor asiduidad- o subir al ciberespacio fotografías que puedan dañar la imagen propia o la de compañeros o amigos.
«Algunas veces se hace con conocimiento del alcance de los hechos y otras, no obstante, los autores no saben la repercusión que va a tener un simple comentario o una imagen», apuntó Miguel Ángel Gil, quien considera necesario que exista un mecanismo de intermediación para evitar que cualquier conflicto que se derive del uso de internet acabe como infracción penal y dirimiéndose en la Comisaría de Policía Nacional.
«Se debería poner en marcha algún servicio intermedio que ayude a buscar soluciones, porque muchas veces somos nosotros mismos los que hacemos lo posible para que se llegue a solución externa para no acabar en un procedimiento judicial», añadió.
«Utilizar y estar»
El jefe del Grupo de Delincuencia Económica y Tecnología explicó a los presentes que «los adultos utilizan internet, mientras que los jóvenes están en internet». Esa diferencia de conceptos es lo que hace necesario una formación específica en las redes sociales, que «se han convertido en una nueva forma de relación humana». «Las redes sociales no son malas por sí mismas, tienen muchas cosas favorables, como por ejemplo estar en contacto con personas que de otra forma nunca más volverías a ver. Pero hay que tener siempre presente que absolutamente todo lo que se suba es propiedad de la compañía, como Facebook o Twitter, y ellos pueden hacer el uso que consideren oportuno», señaló.
Como consejo a la hora de utilizar internet, Gil lo tiene claro: «No escribir ni subir nada que no le dirías a un extraño que te encontrases por la calle». Como reto principal, «poder ayudar a los menores a gestionar las herramientas, aunque no es fácil».