(L. P. / La Nueva España). La de San Lorenzo es una playa urbana y «por lo tanto, frágil, con una gran presión de uso y con unos límites estrechos» que ha sufrido en en los últimos tiempos una notable pérdida de arena «que podría paliarse con aportes suplementarios» y que está siendo objeto de estudio, tanto por parte de la Universidad de Oviedo, a instancias del Ayuntamiento gijonés, como por parte del Centro de Experimentación de Obras Públicas (Cedex) por encargo de Puertos del Estado.
Antonio Lechuga, director de investigación, desarrollo e innovación de este último centro, compareció ayer en Gijón invitado por el Partido Popular (PP) para dar su opinión sobre el estado del mayor arenal de la ciudad, y a expensas de elaborar el estudio que determine acciones futuras para mejorar San Lorenzo, actualmente en una situación «que no creo que sea irreversible», aseguró el experto en su intervención. Porque, independientemente de la responsabilidad en la pérdida de arena, «lo que está claro es que aquí ha habido una erosión», indicó Lechuga.
El ponente, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, dejó claro que «es muy difícil dar en el clavo de la solución a los problemas de las playas, porque presentan dinámicas muy complejas». Pero sí se mostró en principio proclive a pensar que los cambios en la morfología de San Lorenzo, con una bajada de varios metros en el nivel de la arena con respecto al paseo de El Muro, no se deben tanto a las extracciones masivas de arena para la ampliación del puerto de El Musel como a los cambios en el oleaje que se vienen midiendo en los últimos años. Estos cambios suponen, como expuso Lechuga, que «el oleaje más importante ya no es el de fondo, sino el oleaje de viento, con olas más pequeñas y continuas de componente nordeste».
Lechuga basó en la prudencia sus conclusiones hasta que no se disponga de un estudio a fondo de la situación del arenal con todas sus variables, y por ello no quiso polemizar con la construcción del nuevo dique del puerto y sus supuestos efectos sobre la arena de la playa, porque «doy por supuesto que las extracciones de arena se produjeron en una zona del lecho segura, a más de 30 metros de profundidad, que no hacen que la arena de la playa se desplace hacia los fondos marinos», señaló.
De este modo, el responsable del Cedex explicó que «una alteración en los equilibrios del oleaje» podría estar detrás del gran escalón de arena que se viene observando en San Lorenzo desde el pasado verano, cuando «hace apenas unos pocos años la arena casi se podía tocar con la mano desde el paseo de El Muro», señaló.
Lechuga se mostró asimismo favorable a realizar una aportación de arena suplementaria a San Lorenzo para regenerar el arenal, una solución que «habrá que estudiar muy a fondo, para ver las posibles zonas de préstamos de arena que se ajusten a la granulometría y características del material de San Lorenzo». En el mismo sentido, y sabiendo que «es posible mejorar la playa, es difícil y hay dudas pero no creo que sea demasiado tarde», el experto sostuvo además la idoneidad de «compatibilizar usos y no demonizar la ampliación del puerto; buscar la gestión integral que aúne lo lúdico con los intereses de todos los agentes del litoral».
El conferenciante también señaló como factor a tener en cuenta en el estudio la posible acción del río Piles en su desembocadura en la playa, si bien a priori «parece que no tendría mucha influencia», como tampoco habrían tenido demasiado efecto los temporales de los últimos años, al contrario de lo que sucedió en otras playas como la de Salinas.
La intervención de Lechuga fue seguida por decenas de vecinos interesados por el futuro del arenal, que no dudaron en denunciar en voz alta sus sospechas de que la extracción de arena por miles de toneladas, desde hace muchos años y con unos controles poco efectivos hasta el presente están detrás de la pérdida progresiva de arena en San Lorenzo.