Hay muchísimas razones para que el 20 de noviembre se produzca un cambio político en España, un cambio que sólo puede venir de la mano del Partido Popular y de Mariano Rajoy. La razón principal tiene cerca de cinco millones de nombres y apellidos, los de cada mujer y hombre desempleados que viven el drama del paro en nuestro país.
Los españoles tenemos el domingo la oportunidad de cambiar esta situación con nuestro voto en las urnas. Hay mucho en juego y se precisa de un resultado histórico que permita hacer las reformas necesarias para salir de la crisis, una crisis a la que nos han abocado los dirigentes socialistas, con Zapatero y Rubalcaba al frente.
El Partido Popular ha presentado un programa con soluciones, con medidas correctoras del mercado laboral que redunden en la creación de puestos de trabajo; que apoya e impulsa, de forma decidida, a los autónomos y a las pequeñas y medianas empresas como generadoras del empleo, del bienestar y de la riqueza económica en España.
Hay más razones para un cambio político: es necesario y urgente reforzar las políticas sociales básicas, la sanidad y la educación, después de que los gobiernos del PSOE hayan protagonizado los mayores recortes sociales de la historia de la democracia. Mariano Rajoy ha propuesto redefinir las prioridades sociales, garantizando su sostenimiento económico y su viabilidad prestacional. Se ha comprometido a garantizar unas pensiones seguras, que se actualicen todos los años; una sanidad pública y universal, y a poner en marcha una reforma de la enseñanza básica que garantice la formación general, educativa y humana.
Otra razón para el cambio es la necesaria reordenación eficaz del gasto público. Hay que acabar con el despilfarro y el mal uso del dinero de todos los españoles. El resultado de las políticas socialistas ya lo conocemos: una España agotada, empobrecida y en quiebra económica. Para cambiar este desolador panorama, el Partido Popular ha propuesto una reducción racional del gasto público, desarrollando una ley de estabilidad presupuestaria para todas las administraciones públicas, en consonancia con la reforma constitucional aprobada recientemente; retomar los criterios que informan los presupuestos de base cero para la previsión de las cuentas públicas, y establecer la austeridad económica como contrapunto a los gastos injustificados y desmesurados.
Hay muchas más razones para el cambio, pero sería muy extenso citarlas todas. Sólo dos apuntes más: es necesario adelgazar las administraciones públicas y recuperar una España fuerte en la Unión Europea y en la Comunidad Internacional.
El 20-N los españoles tenemos la oportunidad de cambiar las cosas. Desde Gijón y desde Asturias queremos contribuir a que ese cambio sea una realidad. Ahora, más que nunca, España necesita un Gobierno que reafirme su unidad, que dé confianza a los inversores, que ofrezca seguridad jurídica, que garantice la libertad de las personas, que impulse a los emprendedores, que racionalice y disminuya el gasto público y que otorgue a los ayuntamientos la importancia política que merecen, de acuerdo con los servicios que prestan como administración más próxima a los ciudadanos. Ese Gobierno sólo será posible si el Partido Popular obtiene, este domingo, la confianza de la mayoría de los españoles.
Pilar Fernández Pardo
Presidenta del Partido Popular de Gijón