(P. T. / LA NUEVA ESPAÑA) A medida que se suceden las reuniones de la comisión de seguimiento parece que carece de sentido la prohibición del «botellón». Nuevamente, en esta ocasión desde el punto de vista de los educadores sociales, el rechazo a esta medida fue unánime. «Es una forma de socialización de los jóvenes y la solución no es prohibirlo. La solución no es no beber nunca. Vamos a enseñarles a hacerlo de forma responsable», explica Ana Navarrete. María José Capellín también se manifestó contraria a un régimen sancionador por beber en la calle al opinar que «toda sociedad debe procurar que cada generación tenga mejores posibilidades de salud», pero no se va a conseguir con «mecanismos represivos». Juan Ignacio González, por su parte, señala que «las experiencias demuestran que prohibirlo sólo lo traslada de un sitio a otro», y opta por una intervención «educativa y preventiva», al igual que Capellín y Navarrete. La federación vecinal urbana, por su parte, solicitó una encuesta a jóvenes que cursan estudios de Secundaria sobre el «botellón». Pilar del Amo, directora de la Fundación de Servicios Sociales, dijo que lo tendría en cuenta.