(Artículo publicado en EL COMERCIO). En septiembre de 2010, cuando se puso en marcha la primera Autopista del mar hispano-francesa, entre los puertos de Gijón y Nantes Saint-Nazaire, todos confiábamos en que sería un éxito. Hoy, tres años y tres meses después, estamos preocupados por el futuro de esa línea y pendientes de los cambios o proyectos nuevos que pretenden mejorar las conexiones, como la anunciada, sin mucha concreción, para primeros de año con Inglaterra.
La primera línea marítima nació amparada por ayudas públicas, a través del programa Marco Polo de la Unión Europea, y actualmente son las administraciones quienes creen conveniente ir sustituyendo las subvenciones a las navieras por otras destinadas a los usuarios, para conseguir eliminar las desigualdades que se producen entre unas líneas y otras.
Este cambio de criterio en la distribución de ayudas se incluirá dentro de los proyectos europeos Tent-T, destinando 400 millones de euros para autopistas del mar, mediante un sistema similar al ‘ecobonus’.
Para el Partido Popular está claro, tal y como se ha trasladado desde el Ministerio de Fomento, el interés por promocionar el transporte sostenible y eficiente en todos los aspectos, y las autopistas del mar representan para nuestro país una apuesta clave, debiendo desarrollarse en todos los ámbitos: como iniciativas empresariales para ofrecer estos servicios, en el apoyo a los mismos, en el aspecto energético y medioambiental, posicionando a nuestro país como líder europeo.
Ha sido una realidad que la puesta en marcha de la Autopista del Mar para la ciudad de Gijón, ha supuesto un revulsivo muy importante, tanto a nivel económico como turístico, aunque inicialmente esta línea tenía puesto su objetivo, sobre todo, en descongestionar las carreteras transpirenaicas y reducir el impacto medioambiental del transporte de mercancías, en concreto las emisiones del CO2, ofreciendo la posibilidad de transferir los camiones de la carretera al mar.
Sin embargo, el tiempo ha demostrado varias cosas: la primera, que la afluencia de turistas, aunque no fuera un objetivo prioritario, ha resultado interesante para la naviera y sobre todo para la ciudad, con la llegada de viajeros franceses que están descubriendo los atractivos de Gijón. Hemos de lamentar el retraso en la promoción de Gijón en Nantes, por parte del gobierno local, lo que ha provocado que hasta este año no se notara la llegada de más turistas galos.
Y la segunda cuestión, que el transporte de camiones, después de estos años de funcionamiento, no ha conseguido consolidarse, como todos deseábamos, tanto en las frecuencias como en la ocupación, ya que el trayecto entre Musel-Nantes se cubre con casi al 90%, pero en el trayecto de vuelta solo se cubre el 50% de portes de retorno, lo que es motivo de preocupación y debe de buscarse una solución.
Esta situación ha llevado a que la línea sufriera retoques, no solo con el cambio de los buques que daban el servicio a lo largo de estos años, sino también con las medidas adoptadas para intentar reducir costes, como bajar la velocidad, logrando el ahorro de combustible, pero incrementando las horas de tránsito de 14 a 17 horas, que evidentemente sufren los usuarios.
Por otro lado, la puesta en marcha de otras autopistas del mar, con apoyos económicos, preocupa al sector, justo cuando la nuestra deja de recibir ayudas de Europa. Sin embargo, la labor que se realiza desde el Gobierno de España por afianzar este transporte abre una nueva línea que unirá Gijón a Inglaterra, una vieja reivindicación que deseamos perdure en el tiempo y no sea un fiasco como lo fueron otras hace años.
Sin embargo, el interés del Partido Popular, en todos sus ámbitos, es unánime: Gijón debe seguir mirando al mar para prosperar y crecer económicamente. Apostar por la Autopista del Mar para esta ciudad es incuestionable.
Y qué debe hacer el gobierno municipal para comprometerse con el futuro de esta línea. Para empezar, afianzar las relaciones con las ciudades destino, en este caso con Nantes, vinculando a las dos administraciones, a través de proyectos y convenios que afecten a todos los ámbitos municipales, y sobre todo institucionales. No tiene justificación alguna que la alcaldesa no haya realizado una visita a su homólogo para iniciar contactos y poner la bases para trabajar en equipo. Quizás también podrían ayudar gestos como que Gijón y Nantes sean declaradas ciudades hermanas.
Por otro lado, Carmen Moriyón, en su calidad de vicepresidenta de la Autoridad Portuaria, debe mantener informada a la Corporación de todo lo que afecte a la Autopista del Mar y sus líneas, como la anunciada recientemente, y debe defender y solventar todos los problemas que se surjan en el funcionamiento habitual de la misma.
El presente y el futuro de esta autopista está también en manos de quien debe velar por los intereses de la ciudad y es la alcaldesa quien debe pedir y dar explicaciones de forma habitual sobre este tema, que es prioritario para esta ciudad, tanto su consolidación como su expansión, que deseamos se produzca y sea un éxito.
Desde el Partido Popular, deseamos sinceramente no llevarnos ninguna sorpresa y que en septiembre de 2014, cuando finalicen las ayudas económicas de la UE, no exista ninguna duda sobre el futuro de la Autopista del Mar y se mantengan las nuevas líneas ahora anunciadas.
Maite Menéndez Hevia
Concejala del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Gijón
En septiembre de 2010, cuando se puso en marcha la primera Autopista del mar hispano-francesa, entre los puertos de Gijón y Nantes Saint-Nazaire, todos confiábamos en que sería un éxito. Hoy, tres años y tres meses después, estamos preocupados por el futuro de esa línea y pendientes de los cambios o proyectos nuevos que pretenden mejorar las conexiones, como la anunciada, sin mucha concreción, para primeros de año con Inglaterra.
La primera línea marítima nació amparada por ayudas públicas, a través del programa Marco Polo de la Unión Europea, y actualmente son las administraciones quienes creen conveniente ir sustituyendo las subvenciones a las navieras por otras destinadas a los usuarios, para conseguir eliminar las desigualdades que se producen entre unas líneas y otras.
Este cambio de criterio en la distribución de ayudas se incluirá dentro de los proyectos europeos Tent-T, destinando 400 millones de euros para autopistas del mar, mediante un sistema similar al ‘ecobonus’.
Para el Partido Popular está claro, tal y como se ha trasladado desde el Ministerio de Fomento, el interés por promocionar el transporte sostenible y eficiente en todos los aspectos, y las autopistas del mar representan para nuestro país una apuesta clave, debiendo desarrollarse en todos los ámbitos: como iniciativas empresariales para ofrecer estos servicios, en el apoyo a los mismos, en el aspecto energético y medioambiental, posicionando a nuestro país como líder europeo.
Ha sido una realidad que la puesta en marcha de la Autopista del Mar para la ciudad de Gijón, ha supuesto un revulsivo muy importante, tanto a nivel económico como turístico, aunque inicialmente esta línea tenía puesto su objetivo, sobre todo, en descongestionar las carreteras transpirenaicas y reducir el impacto medioambiental del transporte de mercancías, en concreto las emisiones del CO2, ofreciendo la posibilidad de transferir los camiones de la carretera al mar.
Sin embargo, el tiempo ha demostrado varias cosas: la primera, que la afluencia de turistas, aunque no fuera un objetivo prioritario, ha resultado interesante para la naviera y sobre todo para la ciudad, con la llegada de viajeros franceses que están descubriendo los atractivos de Gijón. Hemos de lamentar el retraso en la promoción de Gijón en Nantes, por parte del gobierno local, lo que ha provocado que hasta este año no se notara la llegada de más turistas galos.
Y la segunda cuestión, que el transporte de camiones, después de estos años de funcionamiento, no ha conseguido consolidarse, como todos deseábamos, tanto en las frecuencias como en la ocupación, ya que el trayecto entre Musel-Nantes se cubre con casi al 90%, pero en el trayecto de vuelta solo se cubre el 50% de portes de retorno, lo que es motivo de preocupación y debe de buscarse una solución.
Esta situación ha llevado a que la línea sufriera retoques, no solo con el cambio de los buques que daban el servicio a lo largo de estos años, sino también con las medidas adoptadas para intentar reducir costes, como bajar la velocidad, logrando el ahorro de combustible, pero incrementando las horas de tránsito de 14 a 17 horas, que evidentemente sufren los usuarios.
Por otro lado, la puesta en marcha de otras autopistas del mar, con apoyos económicos, preocupa al sector, justo cuando la nuestra deja de recibir ayudas de Europa. Sin embargo, la labor que se realiza desde el Gobierno de España por afianzar este transporte abre una nueva línea que unirá Gijón a Inglaterra, una vieja reivindicación que deseamos perdure en el tiempo y no sea un fiasco como lo fueron otras hace años.
Sin embargo, el interés del Partido Popular, en todos sus ámbitos, es unánime: Gijón debe seguir mirando al mar para prosperar y crecer económicamente. Apostar por la Autopista del Mar para esta ciudad es incuestionable.
Y qué debe hacer el gobierno municipal para comprometerse con el futuro de esta línea. Para empezar, afianzar las relaciones con las ciudades destino, en este caso con Nantes, vinculando a las dos administraciones, a través de proyectos y convenios que afecten a todos los ámbitos municipales, y sobre todo institucionales. No tiene justificación alguna que la alcaldesa no haya realizado una visita a su homólogo para iniciar contactos y poner la bases para trabajar en equipo. Quizás también podrían ayudar gestos como que Gijón y Nantes sean declaradas ciudades hermanas.
Por otra parte, Carmen Moriyón, en su calidad de vicepresidenta de la Autoridad Portuaria, debe mantener informada a la Corporación de todo lo que afecte a la Autopista del Mar y sus líneas, como la anunciada recientemente, y debe defender y solventar todos los problemas que se surjan en el funcionamiento habitual de la misma.
El presente y el futuro de esta autopista está también en manos de quien debe velar por los intereses de la ciudad y es la alcaldesa quien debe pedir y dar explicaciones de forma habitual sobre este tema, que es prioritario para esta ciudad, tanto su consolidación como su expansión, que deseamos se produzca y sea un éxito.
Desde el Partido Popular, deseamos sinceramente no llevarnos ninguna sorpresa y que en septiembre de 2014, cuando finalicen las ayudas económicas de la UE, no exista ninguna duda sobre el futuro de la Autopista del Mar y se mantengan las nuevas líneas ahora anunciadas.
Maite Menéndez Hevia
Concejala del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Gijón