Todos somos conscientes de que la educación en España necesita imperativamente cambios. Los análisis e informes que se han realizado sobre ella, tanto en los ámbitos nacional como internacional, revelan graves defectos en nuestro modelo educativo. Destaca, por ejemplo, un alarmante abandono escolar prematuro, lo que significa que un desorbitado porcentaje de estudiantes no finaliza la formación obligatoria. Este porcentaje, del 31,9%, supera con mucho la media de los países europeos. Así lo recoge el acreditado informe PISA.
Nuestro sistema educativo presenta una grave incapacidad para proporcionar a los jóvenes la formación requerida para su inserción laboral y profesional, lo que tiene como consecuencia el brutal paro juvenil que existe en España y que ya supera un insostenible 42%.
La situación educativa es muy deficiente. Constituye una de nuestras debilidades nacionales e hipoteca nuestro futuro desarrollo colectivo. Además, provoca un resultado indeseable: la marginación laboral y social de amplias capas de la población, y que España no pueda participar en el mundo globalizado del siglo XXI en el que el valor a destacar es la ‘sociedad del conocimiento’. La verdadera riqueza de un país en la época en que nos ha tocado vivir y, a buen seguro en el futuro, consiste precisamente en eso, en el conocimiento, tanto de las personas como de las comunidades.
Ante esta situación, el Partido Popular promueve un pacto educativo, porque el sistema que se implantó en España en 1990 y que gira alrededor de la LOGSE ha resultado un rotundo fracaso. Es imprescindible que las grandes fuerzas políticas se pongan de acuerdo y pacten la reforma y mejora de la educación en nuestro país, persiguiendo unos objetivos básicos y ambiciosos. Objetivos que son prioritarios, como reducir el abandono educativo, mejorar los resultados escolares en aquellas materias donde se aprecian mayores deficiencias, como lengua, matemáticas y ciencias; alcanzar una tasa de graduación en Educación Secundaria superior al 85%, promover una formación para el empleo de alta calidad tecnológica, y mantener un sistema educativo que permita la formación permanente a lo largo de toda la vida.
Con este pacto también tiene que lograrse que el idioma más útil en el ámbito global en que nos movemos, el inglés, esté presente en todas las etapas del sistema educativo, logrando el dominio del mismo al finalizar la educación obligatoria. Han de reforzarse, asimismo, el uso y dominio de las tecnologías de la información y comunicación.
Para el Partido Popular, el sistema educativo es un elemento clave para garantizar la igualdad entre todos los españoles. Ello exige una formación básica común en todas las etapas educativas.
Como ha manifestado la secretaria general del Partido Popular, Dolores de Cospedal, este pacto es “imprescindible”, a la vez que se ha dirigido al Gobierno expresándole que “mayor voluntad de acuerdo por nuestra parte no creo que pueda encontrarla”.
Pero además del Partido Popular y del Gobierno, consideramos imprescindible que todos nos impliquemos en este pacto educativo (poderes públicos, centros educativos, docentes, familias, alumnos y agentes sociales y económicos).
Este pacto educativo está planteado para el conjunto de España y tiene que plasmarse en una legislación básica que desarrollarán las comunidades autónomas, que tienen transferidas estas competencias. Por ello, el Gobierno del Principado de Asturias no puede ser ajeno a este fundamental debate que ha de concluir en ese acuerdo. En esa línea, el Partido Popular de Gijón celebró el pasado martes una jornada bajo el título ‘La educación, prioridad en España’, en la que estuvo presente, entre otros, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados en materia de Educación, Juan Antonio Gómez Trinidad. En ella, dejó claro como conclusión que la educación “es un problema de Estado, no de un partido político”.
Pilar Fernández Pardo
Presidenta del Partido Popular de Gijón y diputada nacional por Asturias