Al conocerse ayer la denuncia contra el Partido Popular de Gijón ante la Agencia de Protección de Datos, se tuvo conocimiento del nombre de la persona que manifestó haber encontrado en un contenedor, junto a la sede del PP gijonés, documentación que dijo pertenecer a Francisco Álvarez-Cascos. Dicha persona es José Miguel Bernardo Rodríguez. En primer lugar, hay que recordar que cuando un periódico asturiano publicó, el pasado 26 de abril, el relato que motiva la denuncia, esta persona se escondió bajo el nombre ficticio de “Pablo García”, “un ciudadano anónimo”, y ahora, seis meses más tarde, se ha desvelado su verdadera identidad.
Resulta que José Miguel Bernardo Rodríguez es, según consta en la página de la organización política Izquierda Republicana de Asturias, su secretario general. De acuerdo con el organigrama de ese partido, ese cargo es el más importante de Izquierda Republicana en la región.
Por otro lado, Bernardo Rodríguez formó parte de la candidatura municipal en las últimas elecciones de 2007 por ese partido para el Ayuntamiento de Gijón. También fue candidato, ese mismo año, por la circunscripción central de Asturias a la Junta General del Principado.
Incluso, en las últimas elecciones generales de 2008 también fue candidato a diputado nacional, al Congreso de los Diputados.
Como máximo responsable de Izquierda Republicana en Asturias y como candidato, realizó durante años todo tipo de manifestaciones y escritos en defensa del programa y postulados ideológicos de esa organización política. Concedió entrevistas a medios de comunicación, alguna de ellas en fechas muy cercanas a la publicación del inverosímil relato que ha servido de base a la denuncia contra el Partido Popular de Gijón.
En su condición de responsable de Izquierda Republicana en Asturias, a título de ejemplo, en relación con asuntos que afectan a esta comunidad autónoma y a la ciudad de Gijón, Bernardo Rodríguez solicitó que se eliminasen del listado de sedes electorales los colegios religiosos de la ciudad. Ha defendido también que se derogue el acuerdo entre España y la Santa Sede sobre enseñanza y asuntos culturales, y las normas de las leyes educativas que regulan la enseñanza de religión y su profesorado, siendo él mismo, tal y como consta en su currículo, maestro especialista en Educación Primaria por la Universidad de Oviedo.
El extremismo de los postulados de esta organización política en el conjunto de España y, obviamente, de sus máximos responsables está claramente enfrentado al ideario del Partido Popular. Su carácter radical dentro del espectro político es público y notorio.
El testimonio de Bernardo Rodríguez no viene, por tanto, de un “ciudadano anónimo” como se quiso hacer creer, sino de una persona que asume la condición de cargo político de máximo nivel en su organización con esa ideología, y que se presenta ante los ciudadanos de Gijón y de Asturias, realizando campañas electorales como candidato para formar parte de sus órganos de representación política en el Ayuntamiento, en la Junta General del Principado y en el Congreso de los Diputados.
El relato que él realizó y que motiva la denuncia es, en primer lugar y ante todo, categóricamente falso. Además, es irreal, insostenible y contiene elementos contradictorios.
En su falso relato, José Miguel Bernardo Rodríguez ha realizado imputaciones al Partido Popular de Gijón que, una vez conocida su identidad, están siendo estudiadas por los servicios jurídicos del partido. Y, en su caso, darán lugar a cuantas acciones legales proceda realizar en defensa de la imagen del Partido Popular y de sus responsables.
Dirección del Partido Popular de Gijón